Sobre el día del amor y la amistad


El pasado 14 de febrero, tengo la impresión de que se habló más del amor de lo que se suele en esta fecha. Y entre esas palabras, me llaman la atención palabras distintas. Hubo (y qué bueno que a pesar de las crisis mundiales las sigue habiendo) palabras de celebración a las diversas concepciones y manifestaciones del amor como sentimiento de atracción, afecto y unión entre una pareja; pero también hubo palabras de reflexión y crítica sobre concepciones y prácticas disfuncionales de este; y palabras de recordatorio y propuesta de otras ideas y vivencias del amor, como por ejemplo el amor universal, por no mencionar el amor a la naturaleza, que estoy seguro que con un poquito más que hubiera, no afligiría tanto el fin del mundo por el apocalipsis climático.

Apoyo todo esfuerzo por crear un mundo libre de opresión y dominación, y esto incluye las manifestaciones de estas, tanto las innegables como otras más sutiles, en las relaciones entre las personas. En ese sentido, la discusión sobre lo que se ha entendido como amor en las sociedades y estructuras patriarcales es indispensable, y debe continuar. Y aun sin decir la palabra "patriarcal", al pensar en el amor, y en realidad en toda relación interpersonal, el imponerse al otro por la fuerza, abierta o veladamente, es lo que no debe ser.

Pero también pienso en el otro lado: tratamos de salir de conceptos y prácticas disfuncionales, pero… ¿qué hacemos, en lugar de aquellos, que sí funcione? Pregunta inmensa, a la cual sé que muchos tratamos todo lo mejor que podemos de darle respuesta, conceptual y vivencialmente. El diálogo sobre eso, al igual que la discusión sobre lo que no va, tampoco debe cesar.

Este es un post atrasado, pero que me parece importante, y por eso lo publico. Como la fecha se llama «Día del Amor y la Amistad», ya que he escrito algunos textos sobre los temas, no quería dejar de compartir alguno. Y este año quisiera compartir este poema precisamente sobre la otra palabra que forma el nombre de la fecha. No agregaré mucho más, porque lo que quiero decir, espero poder mostrarlo en el poema. Sólo quiero enviar por medio del texto un apretón de manos, un abrazo fuerte, una sonrisa, un guiño de complicidad y hasta alguna lagrimita de reencuentro a todos aquellos que me brindan su amistad. Decir que un amigo es un tesoro será una metáfora muy antigua, y por lo tanto con algún peligro de estar un poco gastada; pero el oro de las joyas de ese cofre prueba, una vez tras otra, que no pierde su luz, que es oro de verdad.

 

La reunión

 

—Para Eli y Meli


No sé qué otra información

de este mundo necesito

este domingo por la tarde

en un café de mi ciudad natal,

sentado aquí, con dos amigas:

una, que hace un par de meses,

casi se muere en un choque,

a tan sólo unas calles de aquí;

y esta otra amiga, que dejó

por unos meses su carrera,

su novio y casi su cordura

para asomarse a conocer

quién es ella en verdad.

De mí no digo mucho. Solamente

que he renacido en este viaje

de haberme ido a la ciudad

y comenzar un tiempo nuevo.

 

Llega esta amiga que lo dejó todo

(la va a dejar su novio

—la rueda de la vida ha dado vuelta—),

y nos abraza, y platicamos,

y nos tomamos un café

después de nuestros viajes de experiencia.

 

No sé qué otra información

de este mundo necesito,

si en esta mesa, entre extraños,

hoy nos tomamos de las manos,

formando un círculo los tres,

y nos miramos, recibiéndonos,

y somos felices. 



(En Notas de un viaje humano, inédito)



Foto: Tim Marshal en Unsplash

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