Canción para una muchacha infinita, 1


Una habitante del día


He encontrado tanta belleza en vos,

una humana genial, vibrante, auténtica.

Una habitante del día que se levanta con la alarma

y sale para crear 

su vida y su mundo.


Alguien que se va al tiempo de relojes y trabajos

con el cielo dorado del que nacen los días.

Alguien que hace que avance este gran siglo de industrias

y al regresar me cuenta sus fatigas, sus triunfos.


Alguien que es el rocío de abrir nuevos sus ojos

al tocar por vez primera cada día la vida.

Alguien que es alegría como pájaros cantando.

Alguien que hace pleno al mundo con el mundo de su risa.


Y también alguien que aspira su rosa blanca de paz

y otro tiempo se desgarra con la espina de sus guerras;

que no siempre halla la llave o la puerta del instante

y quiere ser ala o grito, y es un ala rota y lágrima.


Alguien de tiempo y luz, 

universal.

Alguien de latido 

y eternidad.


Esta belleza he encontrado en vos,

y no existe otra, 

humana a quien amo.


Te miro y esto es tanto.

Ser es tantas veces tanto.


Vos estás aquí y el día

es todo luz hiperexpandida,

todo volar a tu lado hasta tocar una estrella,

todo indecible y entrañable humanidad. 



Fotografía: Wes Hicks en Unsplash

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