Leer

Algunos de mis libros favoritos y actuales: la Poesía completa, tomo II, de Claudia Lars, que tiene unos poemas preciosos y otros alucinantes; The Waste Land, (La tierra baldía), de T. S. Eliot, que a casi un siglo de su publicación sigue hablando y advirtiéndonos; Umbrales, de Claribel Alegría, un poema que yo llamo épico-personal; y El camino del artista, de Julia Cameron, con unas ideas sobre la escritura y la creatividad que pueden cambiar por completo la vida.


Hay que leer. Leer es una forma de conocernos, de cultivarnos (igual a como se cultiva la tierra), de humanizarnos, es decir de desarrollar y poder usar nuestros potenciales, espirituales, afectivos, intelectuales, en resumen, creativos.

Leer nos lleva a comprendernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo: nombrar lo que sentimos; darle un lugar a los hechos de nuestra vida; conocer distintas formas de vivir, pensar y sentir; ser capaces de ponernos en los zapatos del otro; conocer la historia, la historia verdadera, de nuestro país, de nuestra región y del mundo.

Y leer es una forma poderosa de resistir este embate comercial y tecnológico que vivimos: nos ayuda a estar presentes, a sentirnos, a dar presencia y acción de calidad; a ser dueños de nosotros mismos; a ser críticos, a escuchar y conocer nuestros pensamientos, a conocer y escuchar lo que sentimos.

Y también nos comunica con los demás: la comunidad de lectores del mundo es enorme, y hay que seguir trabajando para que lo sea, leyendo nosotros, muy seguido, todos los días de ser posible; platicando con otros sobre libros y leer, de preferencia en vivo, encontrándonos, que es como es la vida de verdad, y enseñándoles a otros a leer. Esto último es complejo, pues abarca muchas cosas, pero una de ellas, una muy sencilla, es transmitir el entusiasmo por leer. ¿Qué dicen? ¿Se puede?

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