Día de la Poesía

El 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía. Pues bien, yo quiero comenzar a celebrarlo desde hoy.
Y quisiera hacerlo compartiendo un texto. Este ha resultado de un taller de escritura organizado por Kalina Editorial y el MARTE.
La idea del taller es escoger una pieza del museo, encontrar una pieza que nos hable, y escribir sobre ella o a partir de ella. Es un taller de écfrasis, un término de origen griego que podemos entender como "responder con palabras a una imagen". Esta forma de escribir es tan antigua como el arte mismo, y es algo que ocurre de manera natural: un cruce de artes. Las obras de otro arte nos detonan a escribir sobre ellas o sus temas, o simplemente nos lanzan a escribir. Muchísimas obras de todas las artes han resultado de este chispazo.
Entonces, quisiera compartir mi texto del taller.
Esta fecha es un día excelente para compartir y hacer poesía, y yo invito a quien lea esto a releer poemas que le gusten, a buscar poesía si no recuerda o no conoce, a compartir en sus redes poemas o fragmentos; a escribir, a escribir si eso surge y a hablar de algo que sea importante para ustedes. Incluso si sólo lo escriben para ustedes, díganlo, es importante, escríbanlo. Poesía significa creación, y yo invito a recordar ese sabor, esa sensación, esa experiencia de magia, fuerza y asombro de que estamos vivos y siempre somos capaces de crear.


Masas, de Ernesto Bautista (2006)

Un recordatorio del misterio

Ante Masas, de Ernesto Bautista.
Taller de écfrasis Kalina/MARTE 2018


Vengo al MARTE para ver
su nueva exposición permanente:
arte contemporáneo salvadoreño.
Y lo que siento
al entrar a la gran sala
es angustia.

Me siento como Leeloo, la personificación de la divinidad en El quinto elemento, cuando se pone a absorber el contenido de una enciclopedia ilustrada para conocer más a la humanidad, y, al llegar a la palabra guerra, ve el siglo XX: las dos guerras mundiales, la bomba atómica, Vietnam; supongo que las dictaduras de Latinoamérica, supongo que la guerra de El Salvador… Ella colapsa, se enferma de tristeza, y la vida del universo que ella representa queda en riesgo de morir. Algo como ella me siento cuando entro a esta sala.

Pues lo que se presenta ante mis ojos
es un espejo de la destrucción,
del sinsentido.

Hay testimonios conmovedores de esa guerra que nos tocó
y palabras e imágenes de este tiempo de asombro e incertidumbre;
pero también, pero también,
tanto que no comprendo y me repele.

Hay ruido,
ruido,
ruido de voces confundidas que se escucha desde el vestíbulo
y hace pensar en lo que Dante y Virgilio habrán escuchado
al acercarse a las enormes puertas.

Eso siento yo aquí.
Pierdo mi centro y mis raíces.
Mi sensación de ser un ser que pertenece a esta tierra
y que puede sonreír.

¿Esto somos?

Vamos, yo sé bien
que el arte es un espejo y que si yo veo esto
es porque de algún modo esto está en mí,
vive en mí. Y sin embargo,
aquí pierdo mis palabras, e intento
recordarme, recordarme que respiro,
que estoy vivo y tengo sueños,
que creo en el amor, en la belleza y en lo noble.

Y en medio de este caos y aire denso y locura,
llego ante tu encendedor con sangre, amigo Ernesto,
y
—esto ya es demasiado, todo esto me rebasa—
yo dejo de pelearme con si es arte o no es arte.

Somos tan sólo gente que está dando sus ideas,
y si a través de tu idea no puedo verte, Ernesto,
entonces la guerra en medio de la que nací
también la causé yo.

No me interesa tener razón esta vez,
ni ninguna otra vez ya.
Somos
y eso me basta.

Porque llega el instante en que lo puramente humano,
esa cosa indefinible detrás y más allá
de todo signo y símbolo y acto y pensamiento,
se hace presente aquí, debe hacerse presente,
si aspiramos a la reconciliación o a respirar por una sola vez en nuestras vidas
en paz,
respirar en paz
contigo que me lees, seas quien seas,
y conmigo.

Muy pocas cosas de tu arte las entiendo o siquiera alcanzo a sentirlas,
querido amigo Ernesto,
pero si esta exposición y esta pieza y encontrarte aquí han sido para que yo alcance a pensar y a decir esto, para que alcance a darme cuenta
de que estamos vivos y de que sólo eso ya es un prodigio, 
y un prodigio mucho mayor con este mundo en caos y con el cuchillo al cuello el pobre,
el pobre mundo, el pobre mundo que es cada uno de nosotros;
si esta exposición y esta pieza tuya aquí y encontrarte de nuevo,
después de años,
sentado frente a la máquina de escribir en la que yo había estado escribiendo poemas todo un domingo;
si todo eso ha sido para que yo piense y diga y
entienda
un grano de arena de todo esto,
perfecto, mi querido amigo Ernesto.
Totalmente perfecto.

Yo, con todo lo que puedo,   
acepto el misterio.
Aquí estamos sin fin.


Mario Zetino
9-18 marzo 2018


*Imagen tomada de: http://mauriciokabistan-blog.blogspot.com/2014/10/the-fire-theory-in-10-curated-by-marte-c.html. Foto de The Fire Theory. Con permiso del autor.

Comentarios

  1. Comparto. En ese sentido Diálogos en el arte salvadoreño debería dialogar más con todo lo que planteaba con fluidez Al Compás del tiempo, que representaba las otras dimensiones y épocas del arte salvadoreño que en el tiempo reflejan la mayor parte de la historia del país. Ahora en el espacio asignado se perdió la fluidez, la visión más integral del arte salvadoreño y quedo "apretado" visual y conceptualmente el discurso histórico que aportan las obras de todos esos períodos previos. Hizo falta un montaje de la exhibición que capitalizara la coherencia y fluidez de Al Compás del Tiempo y que brindara al mismo tiempo de manera equilibrada espacio para mostrar las obras de Donde hubo Fuego. Un programa de exhibición rotativo de está última serie de obras pudo haberlas exhibido por turnos a lo largo del período programado (5 años), brindando el espacio necesario entre las obras para que el público no se disperse por lo saturado que ha quedado por ahora. Esto para evitar reducir tan drásticamente el espacio y cantidad de obra en el otro tramo tan importante y tan bien logrado que significaba Al Compás del Tiempo. También para "empalmar" la primera con la última exhibición conservando la fluidez del discurso de la primera, así
    tener lo mejor de las dos exhibiciones de manera equilibrada para que locales y extranjeros recibieran una visión más integral del arte salvadoreño.

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  2. Es un gusto leer siempre sus creaciones amigo y maestro Zetino saludos hasta donde este ( Douglas )

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    1. ¡Douglas! Siempre un gustazo compartir con vos. Hace falta un café... ¡Cuidate un montón, viejo!

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