You can go to sleep, dear Mario

Hace unos meses me hallé a Jeff Foster, un inglés de lo más al suave. Me encantaron sus videos, sus poemas, sus artículos y sus conferencias. Hace un rato bajé uno de sus libros, y pongo esta frase:

"La liberación es absolutamente simple y evidente. La búsqueda ya ha concluido y lo que siempre estuvimos buscando no es más que esta apariencia presente. Esto, aquí y ahora. No hay nada más. Nunca hubo nada más".

Yo insisto en que haya algo más, pero sigo frustrándome, desesperándome, al no hallarlo. Estoy cansadísimo, exhausto, de andar buscando de todo: amor, fama, éxito, control, certeza, salud, satisfacción, felicidad... y de no llegar a nada más, a cada vez más, que una sola cosa: cansancio. Así que, si lo que yo escribo en mis poemas es posible para otros; si otros pueden imaginar y sentir a partir de lo que yo escribo; emocionarse, alegrarse y sufrir con mis textos; si a esos cuentos mis amigos les conceden verosimilitud, la posibilidad de ser reales por un instante en sus mentes, pues así también yo me concedo la posibilidad, me doy permiso de probar, que lo que dice Jeff sea cierto. "La búsqueda ya ha terminado". Chivo: "The show is over, dear Mario. Podés irte a dormir", me digo.

Me resisto a que las cosas sean como son, a que la mayoría de las cosas sean como son, pero ya me cansé de estar haciendo eso.

Mi poemario empieza diciendo:

Es aquí
bajo el arco de flores
donde nunca nos encontraremos...

¿Mi vida real o ficción? ¿Ficción o mi vida real? Ni yo sé ya la diferencia, ni me interesa mucho saberla. ¿Y si de veras no nos hallamos? ¿Y si las cosas, un montón de cosas, no pueden ser? Pues no puedo y ya. Punto. Yo lo que sé es que tengo sueño, un sueño de aaaños. Y nadie puede dormir por estos ojos sino yo.

You can go to sleep, dear Mario. Podés soltar el Facebook de tu cabeza.

¡Gracias, Jeff Foster, por la obviedad! La dolorosa (porque de que no me gusta, no me gusta, pero quiero probar si es cierta), y bellísima, y magnífica, y chistosa obviedad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una reflexión sobre la literatura salvadoreña

De los rostros que pintamos