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Mostrando entradas de 2014

La aventura de estar vivo

Hoy cumplo 29 años y quiero agradecer a todos los que comparten conmigo esta vida. Gracias por su presencia, su amor, su alegría, sus enseñanzas. Gracias por estar conmigo en mi viaje y por permitirme ser parte de sus viajes. Quiero celebrar esta vida indeciblemente bonita que tenemos con un poema. Cumplir años es esto: que la estrella de la mañana nos de en la frente un beso que resplandezca ante todos todo el día. Un beso que se quede con nosotros hasta que nos quedamos dormidos igual que el día en que nacimos.

Nuevas voces de una gran época

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Toda gran época tiene su final y después de algunas de esas grandes épocas (en realidad, al finalizar muchas de ellas), queda un libro. Este año ha aparecido uno de esos libros que surgió de un tiempo de oro. Me refiero a Sextante , una antología de la última promoción de la Escuela de Jóvenes Talentos en Letras de la Universidad José Matías Delgado. La compilación reúne los trabajos de seis jóvenes, y de entre ellos quisiera destacar la novela Memorias del silencio , de Marielos Monterrosa, y la colección de cuentos La última cena , de Ana María Rivas. Memorias del silencio cuenta la historia de una madre y una hija que intentan salvar la distancia que queda entre ellas después de la muerte del padre. La novela transcurre casi totalmente en los pensamientos de ambas mujeres, quienes, partiendo de sus recuerdos, recorren su vida para encontrar, entre muchas otras cosas, el por qué de la relación que tienen, de lo alejadas que están ya sin el esposo y padre que const

Una vez más: para qué escribimos

You are attempting to leave a lasting impression on the people. Del Online Writing Lab de la Universidad de Purdue, sección de ensayos expositivos.

Lugar sin tiempo en una batalla

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En una serie de poemas que me está viniendo ahora, hay dos que incluyen una pelea con espadas. No me preocupa mucho cómo terminar esas escenas, porque, con los días, los poemas se han ido armando solos: los motivos para combatir, los diálogos y el resultado de cada pelease se han ido completando sin que yo tenga que ocuparme de ellos. Realmente, han venido. Y también sé que mi imaginación no me está jugando una pasada para divertirse: las dos batallas sí tienen, hasta el momento, razones para estar en el libro. Sí tienen que pasar. O sea que yo con ellas me siento a gusto. Pero ahora que esas escenas me andan dando vueltas, reparo en otra parte de una batalla que no siempre se trata en las películas, las series o los libros: ¿qué se hace en medio de una batalla en un momento en que uno no puede hacer nada? Suena paradójico, precisamente porque una batalla es una situación acelerada, continua y de vida o muerte. Pero no es contradictorio. Sí hay espacios "vacíos". Tengo graba

El secreto es que no hay secreto

Una tarde de domingo hace unos siete u ocho años, íbamos caminando de vuelta para La Casa del Escritor Rafa y tres santanecos, yo incluido. Habíamos hecho la excursión para ir por Coca y pan dulce a la tienda de enfrente de la iglesia. Íbamos hablando sobre los trucos de los grandes escritores: cómo le hacían los grandotes grandotes para escribir esas cosas monstruosas y maravillosas que habían hecho. En eso Rafa dijo, ¿Quieren que les diga cuál es el gran secreto para escribir? Y por supuesto que quisimos. Y él dijo, El secreto es que no hay secreto. Hace un rato estaba viendo Kung Fu Panda y me acordé de eso. Tai Lung abre el Rollo del Dragón esperando leer la inscripción que lo va a volver súper poderoso y se queda extrañadísimo de que no haya nada: está en blanco. Piensa que debe haber algún error. Y entonces Po le dice, Yo tampoco lo entendí a la primera, pero ese es el secreto, que solo eres tú. Durante mucho, mucho tiempo busqué, incluso después de haber oído la frase de Rafa

You can go to sleep, dear Mario

Hace unos meses me hallé a Jeff Foster, un inglés de lo más al suave. Me encantaron sus videos, sus poemas, sus artículos y sus conferencias. Hace un rato bajé uno de sus libros, y pongo esta frase: "La liberación es absolutamente simple y evidente. La búsqueda ya ha concluido y lo que siempre estuvimos buscando no es más que esta apariencia presente. Esto, aquí y ahora. No hay nada más. Nunca hubo nada más". Yo insisto en que haya algo más, pero sigo frustrándome, desesperándome, al no hallarlo. Estoy cansadísimo, exhausto, de andar buscando de todo: amor, fama, éxito, control, certeza, salud, satisfacción, felicidad... y de no llegar a nada más, a cada vez más, que una sola cosa: cansancio. Así que, si lo que yo escribo en mis poemas es posible para otros; si otros pueden imaginar y sentir a partir de lo que yo escribo; emocionarse, alegrarse y sufrir con mis textos; si a esos cuentos mis amigos les conceden verosimilitud, la posibilidad de ser reales por un instan

Gracias por tantas palabras bonitas

Me había propuesto no escribir mis posts en la computadora, por lo menos no la primera versión, sino en mi cuaderno, pero no he podido. Después de almorzar agarré el diario y leí la columna de Jacinta Escudos, y eso me hizo que tuviera que venir a escribir. Jacinta habla sobre cómo, antes de salir de Alemania hace poco, se soltó a llorar provocada por las canciones que habían puesto en el avión. Yo iba leyendo su narración y, de repente, mientras leía, sentí que el tiempo se iba haciendo lento. “Afuera comenzó a clarear.”, dice Jacinta, “Admiré recordar cada palabra de esa canción que pertenece a mi infancia” (creo que cuando leí cada palabra es que el tiempo se me empezó a detener). “La letra es preciosa. Es una alabanza a la vida. Habla del primer pájaro de la creación, el primer rocío, la primera hierba, del ciclo de la vida que se renueva a diario”. Y unas líneas más adelante, cuando ella está luchando por no llorar en pleno avión, escribe: pero la lágrima “estaba allí, sentada